UNA RUTA HACIA EL ÉXITO

Recientemente escuché a Helen Pearson en una plática TED, y aunque esta investigación se hizo en Gran Bretaña, me parece que ofrece datos sobre los beneficios de educar que merecen ser compartidos en este espacio.

Nos relata que hace más de 70 años, en su país, un grupo de investigadores decidieron realizar un estudio acerca del desarrollo de la infancia para continuarlo a lo largo de la vida de los bebés que fueron seleccionados de entre familias de todas las clases sociales.

El propósito de dicho estudio es saber si un buen desempeño escolar o una buena salud se traducirá en felicidad o riqueza cuando los niños alcancen la adultez.

Inicialmente registraron el nacimiento de catorce bebés y encuestaron a las mamás preguntándoles minuciosamente cuánto habían gastado en la crianza de sus hijos. Al cabo del tiempo la información obtenida les pareció tan valiosa que repitieron el estudio en los años de 1958, 1970, 1990, y los científicos continuaron recolectando información de más de 70 personas, mismas que se han convertido en las personas más investigadas dentro del campo de la educación.

La mala noticia, es que nacer en pobreza o desventaja si afecta a la felicidad y éxito del futuro. Los niños que crecen en pobreza suelen tener hasta un año de atraso escolar ya a la edad de tres años, pero por otra parte se sabe que mucha gente que nace en desventaja, logra remontar su infortunio cuando cuentan con padres preocupados que encuentran la manera de luchar contra la adversidad, es decir, se confirma que aunque no podemos elegir a nuestros padres, éstos sí importan.

En 1970 se analizaron los resultados de 17,000 niños y se observó cómo el papel de los padres era crucial. He aquí las acciones que llevaban a cabo los padres que estaban determinados a que a sus hijos les fuera bien en la escuela:

  • Hablarles y escucharles

  • Responderles cálida y afectuosamente

  • Enseñarles las letras y los números

  • Llevarlos a visitas o viajes

  • Leerles todos los días.

También se observó que los niños que se iban a la cama a horarios regulares, a diferencia de los que no, y se reveló el hecho de que quienes no lo hacían resultan más propensos a problemas de comportamiento. 

Asimismo, se observó que los niños que leían por placer entre los 6 y 10 años, eran más propensos a tener mejor rendimiento escolar y mejores promedios en ortografía, escritura y matemáticas.

Lo anterior no significa que a base de esfuerzos y cuidados, los padres puedan compensar del todo la adversidad, pero sí podemos saber con seguridad que los datos acerca de lo que sí funciona para acceder a mejores resultados en la educación están basados en estudios científicos bien documentados.


Estamos en fechas cercanas a la Navidad. Si ustedes comienzan a pensar qué regalar a sus hijos, sugerimos incluir libros, revistas o una cuenta de ahorro, además de mucho afecto y tiempo en familia.

¡Feliz Navidad y prosperidad económica y espiritual para el 2023!

 
 


María del Carmen Salazar Hernández

Anterior
Anterior

¿Seremos unos Buenos Antepasados?

Siguiente
Siguiente

La Regla de Oro y las Galletas Tibias con Leche Fría