El Arte de Educar

 

Generalmente los maestros actuales nos sentimos muy orgullosos de los conocimientos, métodos y técnicas que nos permiten ejercer nuestra profesión y realizar nuestro trabajo de manera eficiente y acorde a los tiempos actuales. Sin embargo, debemos reconocer el patrimonio pedagógico heredado de todos aquellos educadores, quienes a lo largo de los siglos nos han transmitido gradualmente su sabiduría.

Tendemos a olvidar que Sócrates (400 a.C.) fue el creador de la indagación en su afán de crear estudiantes curiosos, con capacidad crítica. 

Que Juan Amós Comenio en el Siglo XVII ya era partidario de preparar para la vida y no sólo para una profesión moderna, y que en el Siglo XVIII, Rousseau en Francia, afirmó que la educación debe ser progresiva, respetando la naturaleza del niño, y que por esa misma época a Froebel,en Alemania, se le ocurrió observar que la educación debe impulsar y dirigir el juego, que es la actividad por la que los niños aprenden.

A John Dewey le debemos que en el Siglo XX nos haya hecho recapacitar sobre la realidad de que la educación es un proceso y no sólamente una preparación para la vida.

Al suizo Jean Piaget lo consideramos el padre de la pedagogía moderna porque nos ayudó a conocer y comprender cómo es que aprendemos los seres humanos. Este trascendental descubrimiento sucedió apenas el siglo pasado y su contribución quedó plasmada en las Etapas de Desarrollo Cognoscitivo de enorme utilidad en la práctica de la enseñanza.

De la misma manera, el vigilar que los menores no permanezcan sobreexpuestos a demasiados estímulos visuales y auditivos facilitará que sus mentes dispongan de espacios para la reflexión y la profundidad del pensamiento. Es muy importante que los hijos crezcan en ambientes libres de violencia, almacenen pensamientos positivos y aspiren a convertirse en las mejores personas posibles.

 
 

Muy importantes también han sido las aportaciones de María Montessori, Paulo Freire, Vigotsky y muchos otros investigadores, incluyendo al mexicano José Vasconcelos, creador de la Secretaría de Educación Pública en nuestro país.

Desde luego, los granos de arena que añade cada maestro en su aula son necesarios y encomiables, pero se acerca el fin de año, y pensando en que es época de agradecimientos, creo que es un buen momento para reconocer la valiosa herencia cultural de los educadores que nos han precedido.

¡Escuela Ameyalli les desea unas felices fiestas decembrinas!

María del Carmen Salazar Hernández

 
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